Hay dos formas de aprovechar la energía que
se arroja diariamente sobre nuestros edificios y en muchos casos se desperdicia
por no saber cómo aprovecharla: paneles u otras tecnologías de transformación
de energía solar y la radiación directa.
La primera nos proporciona energía eléctrica,
pero conlleva la inversión inicial en la tecnología. La segunda es evidentemente
más barata pues los dispositivos que requiere son más sencillos y están en
todas las viviendas: ventanas y cortinas. Sin embargo, el impacto de este
aprovechamiento solar va a depender de las cualidades de estos dos elementos:
si son malos o no se usan bien, perderemos todo el margen de ahorro.
Nuestro objetivo fundamental y único es que
la radiación entre al interior de la vivienda: el aire y los objetos que estén
en contacto con la radiación solar se calentarán, por lo que cuanta más
cantidad de ellos alcance, mejor. Evidentemente, la única manera de que la
radiación entre al interior es a través de los huecos, por lo que las ventanas
son el elemento fundamental de captación, y por ello hay que saber elegirlas.
Las casas pasivas que empiezan a florecer en todos los puntos del planeta
tienen varios puntos en común, uno de los cuales son los amplios ventanales.
Cabría preguntarse a qué se debe esto cuando el grado de aislamiento de la
envolvente opaca es claramente más alto que el del vidrio. La respuesta es
sencilla: las ganancias que se pueden obtener por radiación solar compensan
encarecidamente las posibles pérdidas del vidrio, que, por otro lado no son tan
altas.
Existen hoy en día vidrios y carpinterías que igualan prácticamente los
valores de la parte opaca, pero por no salirnos del marco de las viviendas
convencionales, diremos que una buena ventana accesible en el mercado puede
tener una transmitancia de 1,3 W/m²K, cuando la de los muros de un edificio
tipo en España es de unos 1,5 W/m²K. Es decir, podemos obtener un elemento que
permite el calentamiento interior a la vez que impide su salida.
De esta manera, se pueden enumerar los
siguientes puntos para maximizar el aprovechamiento solar:
1.
Invertir en unas buenas ventanas y bien instaladas: hoy en día no deberías aceptar una ventana
por debajo del 1,3 W/m²K, pues es muy posible que te vaya a durar más la
ventana que la permisividad legal con valores más altos.
2.
Hacer una buena gestión de la radiación solar: todos sabemos que en muchas ocasiones es
incómodo recibir la radiación directamente, pero eso no significa que haya que
desperdiciarla. El sol debe atravesar el vidrio, una vez dentro de la estancia,
puedes bloquearlo como más te guste (cortinas, estores, lamas interiores). Una
buena forma de comenzar a hacer tus hábitos es siguiendo estos consejos:
Tips
para optimizar el comportamiento de tu casa mientras estás en el trabajo:
- Localiza las ventanas que tienes orientadas a
este o sur.
- Deja sus persianas y cortinas totalmente
abiertas para que la radiación entre hasta el fondo.
- Si tienes pavimento o muebles de alta inercia
térmica a los que les dará el sol, mejor: almacenarán el calor y lo emitirán al
oscurecer.
Si por
el contrario estás en casa:
- Mantente en las habitaciones que den a sur,
estarás más calentito.
- Aunque estés dentro, el sol debe pasar, así
que si te molesta que te dé directamente, cierra el número de cortinas que te
parezca necesario, pero NUNCA bajes la persiana. En estos casos son muy útiles
las cortinas de lamas, que te permiten redireccionar la radiación sin impedir
su entrada más profunda.
- Estos consejos son aplicables, a viceversa,
si estamos hablando de tu estudio u oficina. para unos consejitos sobre los
hábitos en verano, no te pierdas este post.
3.
Bajar la persiana cuando desaparece la radiación solar: lo único mejor que una buena ventana es una
buena ventana con una buena persiana. Permitirá que controles cuando quieres
reducir aún más las pérdidas de calor.
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