Con las bases del puente peatonal que unirá de nuevo el
corregimiento La Margarita, ya resaltan los colores de la bandera, en medio del
fango, las casas destruidas y las corrientosas aguas de la quebrada La
Liboriana, que el pasado 18 de mayo se llevó todo a su paso y dejó a más de 94
personas muertas en Salgar.
Carlos Andrés Barrera, coordinador de Puentes de
la Esperanza, que con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, realiza la
instalación de la estructura de 25 metros de largo, el primero de cinco puentes
peatonales que tendrán la Liboriana y el río Barroso, destacó que gracias a la
comunidad y al Ejército, el miércoles estará lista la obra, que unirá cinco
veredas de Salgar.
Uno
de los trabajadores voluntarios de Salgar es Gustavo Rincón. Perdió
17 familiares en la tragedia, entre tíos y primos, y una vez culminó su ayuda
de rescate de víctimas optó por colaborar en el puente y con un compresor le
dio los últimos toques a los colores de la bandera que identificarán la nueva
estructura.
Diego Tobón, uno de los sobrevivientes a quien la
avalancha se le llevó tres hermanas, tres sobrinos y dos cuñados, dijo que
estaba allí ayudando en el puente, porque quería estar ocupado ya que los
recuerdos de sus seres queridos lo afligen cuando está desocupado. Colaborando
aleja el dolor.
Querían otro puente
Hildebrando Garzón, líder la vereda Cajón Largo, uno de los cinco sectores rurales de Salgar que se beneficiarán con el puente, se quejó porque lo que están haciendo allí es un paso peatonal y no de vehículos o por lo menos para bestias.
“Somos
caficultores y aunque la avalancha no se llevó muchas hectáreas de sembrados
(la Federación de Cafeteros las calcula en tres hectáreas y media) sí se
quedaron más de 500 cargas de la traviesa en las fincas de las veredas La
Liboriana, Gualanday, La Braza, La Cierva y Cajón Largo, las cuales no han
podido sacar hacia el casco urbano.
Anotó
que ellos pensaron que la solución sería un puente militar, mientras que
reconstruyen el de carros, pero no fue así. “Estos puentes peatonales son
estrechos y es difícil que las mulas y caballos pasen por ellos, por lo tanto
nos dificultan el transporte del café y del lulo que producimos en estas
veredas”, dijo.
A
esta inquietud, el coordinador de Puentes de la Esperanza dijo “que el peatonal
será una estructura que permanecerá en el tiempo, mientras que si hubieran
instalado el militar sería provisional, pero lo que sí hay que agilizar es la
construcción, por parte de la Gobernación de los vehiculares”.
En
10 días se espera la llegada de otros dos de los cinco puentes peatonales
prometidos. Estarán en El Chaquiro, sobre el río Barroso, y en Los Dolores, en
La Liboriana. Se analiza dónde irán los otros dos.
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