Tener puertas y ventanas de calidad en una
vivienda es fundamental a la hora de asegurar un hogar eficiente. Así, a la
hora de evaluar la eficiencia de una puerta, pueden influir tres aspectos
fundamentales:
1.
Material
Podemos tener puertas de casi cualquier
material, pero dependiendo de la función a la que se destine la puerta, las
características de dichos materiales deberían ser distintas. Los materiales
generalmente usados en las puertas son madera, PVC y metales (sobre todo
aluminio con rotura de puente térmico). El PVC y el aluminio, por su fácil
mantenimiento, son los materiales más empleados para la estructura. No
obstante, el PVC tiene mejores propiedades aislantes que el aluminio.
En cualquier caso, los aspectos fundamentales
que debes mirar relacionados con el material y las prestaciones son los mismos
que en el caso de las ventanas:
Valores
de aislamiento térmico y acústico
Resistencia a los impactos y seguridad. Sobre
todo en el caso de las puertas de entrada.
Y, por supuesto, no te olvides de elegir bien
al instalador, ya que una puerta de calidad mal instalada puede convertirse en
un foco de problemas y de derroche de energía.
2.
Tipos de puerta
En el hogar podemos distinguir básicamente
entre dos tipos de puerta según su funcionalidad: puertas de entrada y puertas
interiores.
Las puertas interiores generalmente se
fabrican en madera pues dan un ambiente más cálido y acogedor al hogar. La
decoración de cada puerta dependerá del estilo del conjunto de la casa, las hay
muy trabajadas pero también completamente lisas. Pueden ser de uno o dos
batientes, correderas, o incluso plegables como un acordeón. Si bien
antiguamente solían fabricarse en madera maciza, en la actualidad lo habitual
es que se recurra al chapado en maderas nobles que abaratan tanto peso como
costes.
Las puertas de entrada deben ofrecer
fundamentalmente seguridad y aislamiento. Respecto a la seguridad tienen que
ofrecer la mayor resistencia ante los posibles intentos de robo y ser capaces
de impedir el paso de las llamas durante como mínimo un cuarto de hora, según
la normativa vigente. Y en cuanto al aislamiento hay que recordar que son la
barrera que separa el hogar del exterior, lo que nos aislará del clima y el
ruido. Una puerta exterior de calidad tiene un grosor que ronda los 40
milímetros y puede ir reforzada con planchas metálicas interiores.
3.
Tipos de apertura
Los sistemas tradicionales siguen siendo las
más comunes. Sin embargo, también tenemos la posibilidad de instalar puertas
automáticas, que se abren de forma autónoma con mandos o, incluso, con el
móvil. En su instalación es importante contar con la velocidad de apertura
adecuada, ya que esta influye en el ahorro energético.
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