El CIRCE, referente europeo en eficiencia
energética, ha diseñado un sistema de materiales que cambian de estado para
mantener el hábitat en condiciones óptimas.
En primer plano, módulos experimentales del
proyecto Emilie en verano y, al fondo, el CIRCE.
Expertos del Centro de Investigación de
Recursos y Consumos Energéticos de Zaragoza (CIRCE) han diseñado un sistema de
ventanas que permiten ahorrar energía y mantener el interior de una habitación
en adecuadas condiciones de temperatura.
Esta entidad, de la Universidad de Zaragoza,
se ha consolidado como un referente en la búsqueda de mejoras en arquitectura
bioclimática y eficiencia energética en los edificios.
El sistema de ventanas está dotado con
materiales que tienen la propiedad de cambiar su estado dependiendo de la
temperatura exterior para ahorrar energía en la climatización de un edificio.
Esta es una de las soluciones planteadas por el CIRCE, dentro del proyecto
europeo Emilie, que a lo largo de tres años, y en colaboración con varios
países, ha conseguido desarrollar y demostrar la viabilidad de nuevas
soluciones de eficiencia energética en los edificios. En concreto, este proyecto
europeo ha conseguido hasta seis soluciones que se han basado en la utilización
de nuevas tecnologías.
CIRCE ha demostrado la eficacia de utilizar
materiales de cambio de fase en ventanas, para conseguir ahorrar energía en el
uso de la climatización. Estos materiales durante el día pasan de estado sólido
a líquido, absorbiendo y almacenando el calor del exterior, y así mantienen la
temperatura interior. Por la noche se produce el efecto contrario, y el
material cambia de líquido a sólido, cediendo el calor almacenado al interior
del edificio. De este modo consiguen reducir las oscilaciones en la temperatura
interior debido a las variaciones de la temperatura exterior.
El proyecto Emilie forma parte del programa
de cooperación transnacional Med, financiado por la Comisión Europea para
promover el desarrollo regional de la zona del Mediterráneo. Con un presupuesto
de más de 2 millones de euros, Emilie ha congregado a seis centros de I+D y
entidades de Francia, Croacia, Italia, Eslovenia y España. En cada uno de estos
países, los respectivos socios han desarrollado una planta piloto en la que han
ensayado las nuevas soluciones.
Además España, que ha tenido un peso
importante en el desarrollo del proyecto, ha contado con dos de estos pilotos.
El primero de ellos ha estado a cargo de CIRCE, en Zaragoza, en el Campus Río
Ebro de la Universidad y el otro piloto español, ubicado en Sevilla, ha
sustituido y mejorado el aislamiento del sistema de distribución en una
instalación de climatización centralizada, consiguiendo ahorros del 8% anuales
en consumo energético.
En Francia se ha instalado un sistema
inteligente de medición y monitorización del consumo de energía en una
residencia de estudiantes, que permite a los estudiantes conocer su consumo
energético instantáneo, bien con los monitores ubicados en el edifico o bien a
través de sus móviles y tablets, y tomar las acciones necesarias para
reducirlos.
Por último, Eslovenia e Italia han optado por
instalar sistemas de frío solar, que utilizan colectores solares de alto
rendimiento, como son los de tubos de vacío, para producir frío utilizando la
radiación solar. Este sistema permite así reducir el consumo de energía en los
sistemas de refrigeración y aire acondicionado.
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