Como toda investigación, la idea partió de una pregunta o de una
preocupación. En este caso se combinaron ambas: ¿qué hacer con las toneladas de
residuos que genera la construcción en Medellín?
Se
estiman en 2.400 toneladas por día entre los de construcción y demolición.
El
interrogante y la necesidad de llegar a algo transformador ya tuvo una primera
fase de ensayo que dejó muy satisfecho a un grupo de estudiantes de Ingeniería
Agronómica de la Universidad Nacional Sede Medellín. Y, por supuesto, al
docente coordinador de la investigación.
Lo
cierto es que lograron cosechar lechugas, cultivadas en residuos de
construcción mezclados con materia orgánica y aserrín.
¿Cómo?
El profesor Ramiro Ramírez Pisco, director del Laboratorio de Física de Suelos
del centro universitario, explicó que fue a partir de tecnosoles, que son
suelos o sustratos creados con materiales elaborados por el hombre. Surgen de
moler los materiales.
Las
lechugas cosechadas, dijo, son de características similares y hasta superiores
a las sembradas en suelos naturales. Las siembras se realizaron en macetas, lo
que permitió manejar el modo invernadero.
Ramírez
señaló que los tecnosoles no son un tema nuevo en el mundo, pero en Colombia
los reportes son escasos. “Los residuos de construcción son un problema
complejo. Con base en ello nos enfocamos en una solución. Empezamos a
transformar y a moler y a generar mezclas”, dijo el docente.
La voz de las estudiantes
Pero si el profesor Ramírez se mostró optimista con la primera fase del proceso, aún más lo están las estudiantes de la materia Manejo y Conservación de Suelos Ana María Araque,Ángela María Pérez y Laura Pérez Hernández.
Ana María Araque reiteró
que la idea les surgió de buscar alguna solución al problema de los residuos de
construcción. En la investigación, recordó, se encontraron que en España hay
trabajo con residuos de minería. En su ensayo, dijo, encontraron residuos con
ph alto y con un contenido mineral importante.
Un
reporte de la Universidad Nacional sede Medellín señaló que a las lechugas
sembradas se les realizaron controles a las cuatro y ocho semanas de plantadas
y constataron que, a los dos meses, las que fueron sembradas en los tecnosoles
habían crecido un 20 % más que las de referencia (suelo de Rionegro).
A
juicio de la estudiante Araque hay una señal de que el ensayo funcionó y
continuarán comprobando datos.
En
opinión del profesor Ramírez, los tecnosoles ganan en importancia al ver la
realidad de los problemas con los suelos para la producción alimentaria.
Es
una opción y una apuesta que tendrá una segunda fase de ensayo.
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