Desde el principio de los tiempos, la
humanidad se ha defendido del frío de un modo u otro. Las prehistóricas
viviendas han evolucionado a lo largo de los siglos y cada vez disfrutamos de
casas con una mayor eficiencia térmica. En la actualidad, el reto es conseguir
el equilibrio perfecto entre el máximo aislamiento térmico y la reducción del
impacto medioambiental que causamos tanto en la construcción como en el
mantenimiento de nuestros hogares.
En este juego de ahorro de energía y
aislamiento térmico, el vidrio de las ventanas juega un papel importantísimo.
Así, el proceso de transmisión de calor siempre se produce de un espacio más
caliente hacia otro menos caliente. Esto quiere decir que durante el invierno,
si tenemos encendida la calefacción, corremos el riesgo de que se pierda porque
el calor se transmite hacia el exterior, que está mucho más frio. Por su parte,
en verano ocurre justo lo contrario y es el exterior donde se marcan muchos más
grados, que intentamos que no lleguen al interior de nuestra casa, mucho más
fresca. El calor se transmite a través de un cristal de tres formas diferentes.
Por conducción, porque es un sólido; por radiación, porque es transparente; y
por convección superficial, que interviene en ambos casos. Por ello, es
imprescindible contar con unas ventanas que nos garanticen un coeficiente de
transmisión térmico adecuado.
Tipos
de cristales de aislado térmico
Hay muchos tipos de cristales para ventanas
que nos ayudarán en el aislamiento térmico de nuestro hogar.
El cristal Bajo Emisivo está tratado
especialmente para que la salida de frío o calor del hogar sea el mínimo
posible. Gracias a sus características, unas ventanas con este tipo de cristal
ahorrarán un 77 por ciento de calefacción, evitándonos gastar energía y dinero
en exceso.
Por otro lado, el cristal Control solar es un
acristalamiento al que se le ha aplicado un tratamiento muy específico que
evita la entrada de frío o calor en el hogar. Evita que entre la luz solar y
evita que se desperdicie energía.
Además, contamos con las aplicaciones del gas
argón, un gas noble, cuyo uso en los espacios que quedan entre las ventanas de
doble vidrio tiene una doble función: aísla tanto térmica como acústicamente.
El vidrio no es el único aislante térmico que
se emplea en las viviendas. Hay otros muchos materiales, pero aquellos que son
considerados aislantes térmicos son los que se utilizan en la construcción para
crear una barrera que impide el paso de calor de un punto a otro, como puede
ser el interior de una vivienda y el exterior de la misma. A una elección
adecuada de los materiales que compondrán nuestras ventanas y puertas, debemos
añadir además una instalación perfecta que nos garantice que vamos a aprovechar
al máximo las ventajas de las maderas y los cristales que hemos elegido.
En definitiva, ningún punto debe quedar descuidado
a la hora de aislar térmicamente nuestra casa, y los cristales de las ventanas
son uno de los puntos más importantes que debemos tener en cuenta.
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fachadas.
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