Esta noche es la alborada, la que se inventaron hace algunos
años los mafiosos para darle la bienvenida a diciembre y que se expresa cada 30
de noviembre, a las 12:00 de la noche, en un ensordecedor estallido de pólvora
que resuena en toda la ciudad y varios municipios del Valle de Aburrá.
¿Qué pasará? ¿Habrá servido la Huellatón, que recogió más de
24.000 firmas para decirle no a este acontecimiento que lastima la vida animal
y lesiona el medio ambiente? ¿Tendrán eco las campañas del no a la pólvora y sí
a las luces navideñas, emprendidas por las autoridades desde hace varios meses
para evitar que haya quemados, especialmente niños y gente que nada tiene que
ver con el acto propio de la quema? ¿Tantos hechos en contra habrán sumado algo
para que los inconscientes que la queman esta vez se abstengan y le bajen un
poco la intensidad a esa mal llamada alborada, que nada tiene que ver con la
tradición decembrina que aprendimos de padres y abuelos?
Los hechos lo dirán esta noche.
Pero entre las autoridades hay optimismo. Esta semana, 13
alcaldes del Valle de Aburrá y del Oriente firmaron un pacto para luchar contra
la quema de pólvora en sus localidades, teniendo en cuenta que estas dos
regiones fueron las que encabezaron, en la pasada Navidad, las estadísticas de
los quemados.
En el Valle de Aburrá ocurrieron 124 casos y en Oriente 77. En
toda Antioquia la cifra se elevó a 245 casos, 28 menos que en 2013, para bajar
de una tasa de 4,8 a 3,3 quemados por cada 100 mil habitantes.
“La pólvora quemada en forma indiscriminada, sin el control
adecuado de seguridad para evitar que los niños se quemen, a veces con alcohol
y a altas horas de la noche, es una degeneración cultural que no expresa el
ánimo festivo que todos queremos cuando llega la Navidad. Que la alegría predomine
con lo que ha sido más tradicional en muchos años, como los alumbrados, el
árbol de Navidad, las velitas del 7 de diciembre, que es el espíritu real y es
el que queremos recuperar”, expresó Gabriel
Jaime Guarín, secretario
de Salud de Medellín.
Añadió que desde los hogares se debe promover que la cultura
vuelva a sus tradiciones, “y fenómenos masivos distorsionados, que ponen en
riesgo la salud de los niños y los animales y la convivencia, desde la misma
comunidad se empiecen a cambiar, porque no representan lo que queremos en una
ciudad saludable”.
Lluvia ácida
Los males de la pólvora no son solo para los seres vivos. Según
mediciones del Siata (Sistema de Alertas Tempranas), la alborada, además de
víctimas por quemaduras, genera alta contaminación auditiva que atenta contra
la fauna urbana y las mascotas y produce una preocupante contaminación en el
aire del Valle de Aburrá.
En evaluación hecha en 29 estaciones del sistema en el Valle de
Aburrá, el comportamiento del PM2.5 en tres de ellas tuvo concentraciones
preocupantes desde las primeras horas del 1 de diciembre (2013), llegando a
valores cercanos a 200 ug/por metro cúbico en la estación Casa de la Justicia,
de Itagüí; cerca de 100 ug/por metro cúbico en la estación Museo de Antioquia,
Centro de Medellín; y de 90 ug/por metro cúbico en la Universidad Nacional,
Núcleo El Volador.
Según los análisis, la norma diaria definida en la Resolución
610 de 2010 establece un valor máximo diario de 50 ug/por metro cúbico, con lo
que se observa que en estas tres estaciones, en dicha jornada se excedió la
recomendación establecida para partículas menores de 2,5 micrómetros.
Según los análisis, el material particulado PM2.5, que es menor
a 2.5 micrómetros, es casi gas invisible e ingresa fácilmente al torrente
sanguíneo y los pulmones, produciendo efectos nocivos en la salud de las
personas.
“La alborada genera una lluvia ácida, la pólvora se puede
convertir en ácido sulfúrico si la atmósfera tiene alta humedad”, explica Carmen Zapata, jefe de Calidad del
Aire de la Universidad Nacional.
Según las estadísticas de los últimos años, las tradicionales
fechas del 7 y 8 de diciembre (días de las velitas) dejaron 12 quemados por
día; el 24 y el 25 (Navidad) y el 31 de diciembre y el 1 de enero (feliz año y
año nuevo), un total de 13 y 53, respectivamente. La alborada de 2014 dejó un
total de 23 quemados en Antioquia.
A esto hay que sumarle las finales de fútbol, que cuando se da
con equipos antioqueños dejan sus secuelas, lo que motivó a los gerentes
deportivos de Nacional, Medellín y Envigado a anunciar sus compromisos de
trabajar el tema de la no celebración de los triunfos con artefactos
pirotécnicos.
“Yo era de los que me gustaba celebrar con pólvora, pero hemos tomado
conciencia, entendimos los males que se causa a los niños, al ambiente y a la
fauna y estamos trabajando con las barras para que, en lo posible, no
celebremos con pólvora”, manifestó Juan
Carlos de la Cuesta, presidente
del Nacional, que asistió en días pasados al anunció del alcalde, Aníbal Gaviria, de que Medellín se
había ganado, con la Huellatón, el Guinness Records a la mayor recolección de
huellas, en este caso de mascotas, para promover la no quema de pólvora por los
grandes males que se les causa a gatos, perros, aves y la fauna silvestre en
general.
“Medellín, de nuevo, hace algo innovador y marca una ruta en el
mundo”, expresó el alcalde, para quien la Huellatón indica un cambio cultural,
en los hábitos frente a la pólvora, “y es, ante todo, un acto en defensa de la
vida”.
Ana Milena Joya, subdirectora
Ambiental del Área Metropolitana y la gran líder del proyecto junto a la firma
publicitaria RedPepper, espera que en el Valle de Aburrá se haya entendido el
clamor de las más de 24 mil familias (porque detrás de cada mascota hay una
familia) que piden una Navidad “sin pólvora, sin dolor, sin mascotas o enfermas
o muertas y sin niños quemados”.
Juan Fernando Guerra, director
de RedPepper, calificó esta como “una revolución pacífica” en favor de los
animales y del medio ambiente.
Al tiempo, en las diferentes alcaldías del Valle de Aburrá, los
mandatarios se comprometieron a gestionar, en los concejos, hacer del no a la
pólvora una política pública. Esta empezará por el compromiso de no invertir
recursos públicos en la quema de artefactos pirotécnicos.
Sumado a lo anterior, el Área Metropolitana inició la campaña No
Más, con un letrero gigante que recorrió los diversos municipios buscando
firmas para promover una Navidad con más luz menos y pólvora.
“La campaña busca una Navidad sin tragedias, sin niños quemados
y ninguna persona pasando el fin de año en un pabellón de hospital”, expresó el
director del Área Metropolitana, Hernán
Elejalde.
Secuelas explosivas
Uno de los fenómenos más paradójicos de la quema de pólvora es
que aunque el gran porcentaje de veces las peores secuelas las sufren quienes
aparentemente “se deleitan” quemándola, otro alto número de quemados son
personas que están alrededor o incluso desentendidos del asunto, la mayoría de
las veces niños.
Según las estadísticas, en 2014, el 54% de los quemados en el
departamento fueron manipuladores y el 34% observadores. El 16 por ciento de
los lesionados con el explosivo debió ser hospitalizado.
En la sumatoria de desgracias, quienes llevan la peor parte son
los menores de edad, que padecen las consecuencias de la pólvora en una tasa
del 5.2 por cada cien mil habitantes. El año pasado se registraron, en
Antioquia, 100 casos de menores quemados contra 133 de personas entre los 18 y
los 44 años, cuya tasa es de 5.0, porque representan un número más alto de
pobladores.
Por sexo, el mayor número de víctimas son hombres, con el 79 por
ciento, contra 21% de mujeres. La zona del cuerpo más perjudicada son los dedos
de las manos, que en 2014 dejaron un número total de 16 personas con
amputaciones.
“Solo con los esfuerzos de las autoridades y la comunidad, las
políticas se hacen realidad. Nuestro enfoque es proteger los niños, es
intolerable que niños, siendo solo observadores porque estén en un sitio donde
cae un volador o una papeleta, resulten amputados, quemados o pierdan un ojo”,
subrayó el secretario de Salud de Medellín.
La gerente de Salud Pública de la Gobernación, Zulma del Campo Tabares,recalca
que durante todo el año se ha trabajado en unión con los alcaldes y las
instituciones educativas en la campaña Más luz menos pólvora para buscar que
sea una Navidad sin quemados.
“Hacemos un llamado a toda la comunidad para que disminuyamos
los lesionados”, invitó la funcionaria, quien destacó que en la pasada
temporada, Antioquia bajó del primer al tercer lugar entre los departamentos
con más tasa de lesionados por pólvora, que ahora lideran el Putumayo, con 8.8;
y Quindío, con 4.4. mientras nuestro departamento está en 3.9 por cada 100 mil
habitantes.
Será un reto difícil de mantener o superar, pues sin empezar
diciembre ya se suman un muerto y siete lesionados (ver recuadro) en Antioquia.
Por eso hoy hay tanta expectativa. Se sabrá si maduramos o habrá que
intensificar la tarea pedagógica, tanto en diciembre como en todo el año 2016 .