Sector
infraestructura
Centenaria infraestructura, orgullo de la
ingeniería, ahora tiene capacidad para los neopanamax.
Foto: Oscar Rivera / EFE
El buque Cosco Shipping Panamá, de categoría
neopanamax, entra a la esclusa Cocolí, de la nueva ampliación del canal de
Panamá.
Del puerto de El Pireo, en Grecia, y bajo la
conducción de un capitán de la India, partió el pasado 11 de junio el buque
chino que ayer rompió en dos la historia del canal de Panamá al ser el primero
que, oficialmente, cruzó las nuevas esclusas fruto de la colosal ampliación de
una de las más importantes obras de ingeniería del siglo XX y ahora del siglo
XXI.
El Cosco Shipping Panamá, con sus 48,25
metros de manga (ancho), sus 299,98 metros de eslora (tan largo como tres
canchas juntas de fútbol), y con capacidad para transportar más de 9.000
contenedores, fue recibido con júbilo por más de cinco mil panameños a su paso
por el primer juego nuevo de esclusas en Agua Clara, sobre el Atlántico, y
luego siguió su camino a través del lago Gatún para enfrentar el otro juego en
Cocolí, su puerta de entrada al Pacífico tras más de cinco horas de travesía.
Espectáculo
para todos
Allí, el grave y poderoso sonido de su bocina
se mezcló con los gritos de asombro de los miles de espectadores, que poco a
poco vieron cómo la nariz de ese coloso de los mares empezó a entrar en la
esclusa a paso lento pero seguro, precedido de hermosos juegos pirotécnicos.
Allí fue recibido por el presidente Juan
Carlos Varela, por otros mandatarios de la región y por más de 15.000 personas
que obtuvieron una boleta para presenciar el acto.
El programa de ampliación del canal consistió
en la construcción de un tercer carril de tráfico compuesto por dos nuevos
complejos de esclusas (Agua Clara y Cocolí), la excavación de un canal de
acceso en el Pacífico de 6,1 kilómetros de largo, obras de dragado general y
mejoras en el suministro de agua al lago Gatún, claves para evitar
contratiempos en caso de temporadas de sequía. Todo esto para duplicar la
capacidad del canal por el que pasa el 6 por ciento del comercio mundial.
Estas nuevas esclusas permitirán el tránsito
de los denominados buques neopanamax, que tienen capacidad hasta para 14 mil
contenedores y que antes no podían pasar por el centenario canal, que solo
tenía capacidad para los panamax, de hasta 4.000 contenedores. Son verdaderos
colosos de 49 metros de manga, 366 metros de eslora y 15 metros de calado, que
pueden movilizar hasta tres veces más carga que los buques panamax.
“Como panameño y como ingeniero este es un
día muy importante para mí, porque muestra lo que somos capaces de hacer como
pueblo y porque nos hace sentir que si trabajamos juntos y organizados, el país
puede llegar más lejos”, dijo Benito Ochoa, uno de los miles de personas que
banderita en mano y con la camiseta roja de su selección nacional de fútbol
saludaron la llegada de este coloso del agua, soportando una temperatura de más
de 30 grados centígrados y también de los repentinos aguaceros que golpearon
varias veces el sector donde se levanta la obra.
“Esta nueva ruta de tránsito es la punta del
iceberg de un ambicioso plan destinado a reconvertir a Panamá en el centro
logístico de las Américas”, dijo Jorque Quijano, jefe de la Autoridad del Canal
(ACP) en Agua Clara. Este es un día memorable, un monumento a la voluntad
humana con el auxilio de la voluntad divina”.
Es un orgullo nacional que se deja ver cuando
los panameños descubren que su interlocutor es extranjero y que tiene que ver
con el hecho de que fueron los mismos panameños quienes, a través de un
referendo en el 2006, dieron el sí a la ampliación del canal interoceánico en
medio de una dura campaña por el no de importantes sectores políticos,
paradójicamente el del ahora presidente Varela, que por esos ires y venires del
destino terminó en la foto principal de la inauguración.
“Que yo presida el evento no fue mi decisión,
fue la decisión del pueblo panameño”, le dijo el mandatario panameño al diario
La Estrella cuando fue interrogado al respecto. En aquel entonces, su
movimiento político tenía serias dudas sobre la transparencia en el manejo de
los recursos y la viabilidad de la obra, pero sin lugar a dudas era una jugada
política contra el gobierno de Martín Torrijos, hijo del general Omar Torrijos,
que en un acuerdo histórico en 1977 con el presidente estadounidense Jimmy
Carter logró la devolución de la vía interoceánica el 31 de diciembre de 1999.
Se había cedido a perpetuidad.
Precisamente en su discurso reconoció no
haber acompañado a Torrijos en lo del referendo, pero dijo: “Dios y el pueblo
panameño me dieron la oportunidad de estar acá para garantizar que las cosas
que en ese entonces no estaban garantizadas ahora lo estén”. Voces de asombro y
algunos aplausos.
La
labor cumplida
En Cocolí los rostros de júbilo de las
autoridades del canal eran más que evidentes. “Hoy es un día muy especial para
mí como encargada de la obra y para todos los panameños. Estamos satisfechos
con los resultados del paso del primer barco por las esclusas de Santa Clara.
Todo ha funcionado muy bien. Ya habíamos hecho pruebas con un barco neopanamax
que alquilamos, pero el Cosco Shipping Panamá es mucho más largo y teníamos expectativa.
Los resultados de su tránsito fueron igual de satisfactorios y por eso estamos
muy contentos”, dijo en Cocolí Ilya Espino de Marotta, la ingeniera jefa de la
ampliación, que fue reconocida en el 2014 por la revista Forbes como una de las
mujeres más poderosas de Centroamérica por su trabajo en la ampliación del
canal.
“Se los digo con humildad: tengo mucho
orgullo de haber podido representar a la mujer panameña, y no solo a la
panameña sino a la mujer en general. Este es un mundo de hombres, pero en la
Autoridad del Canal y en esta obra en particular, la fuerza laboral femenina se
ha destacado en altos cargos, trabajando hombro con hombro con los hombres y
eso me llena de orgullo”, añadió sonriente y enteramente vestida de blanco,
como casi todas las autoridades de la ACP, mientras en los altoparlantes de la
ceremonia se escuchaba la música de Rubén Blades y diversos ritmos tropicales
para animar a los miles de personas que se congregaron en el sector de Cocolí.
En los cálculos que hacen las autoridades del
canal se prevé que el tránsito va a disminuir, pero el tonelaje va a aumentar,
obviamente por la utilización de buques más grandes. “Esa es nuestra
contribución a las economías de escala, que nuestros clientes y los países
pueden importar o exportar con costos más bajos y que hagan más productiva la
inversión”, dijo Jairo Zapata, de la ACP. Con la ampliación se calcula que
entrarán unos 300 o 400 millones de dólares más al año en comparación a los
2.600 que lo hacen con el canal original. Ya hay unas 170 reservas de barcos
que quieren cruzar por el nuevo carril para los próximos tres meses,
trascendió. Y a pesar de tener el honor de ser el primer barco en cruzar el
nuevo canal, el Cosco Shipping Panamá debió pagar un peaje de 586 mil dólares.
Ahí está el futuro de los panameños, junto a
otros proyectos de infraestructura que buscan preparar al país para que
enfrente mejor un panorama en el que la caída del comercio mundial, la
competencia del canal de Suez –que ha rebajado sus tarifas de peaje– y las
dolencias de la economía mundial son obstáculos preocupantes en el futuro.
Por eso ayer prácticamente nadie hablaba de
las dificultades que tuvo el proyecto, sino de los logros. Los cuestionamientos
a la calidad del hormigón o la dificultad de usar remolcadores en lugar de
locomotoras para la milimétrica maniobra de cruzar las esclusas, e incluso la
disputa por sobrecostos con la firma española Sacyr, que puso en riesgo el
proyecto y que provocó retrasos importantes, han quedado atrás, al menos de momento.
Al igual que los papeles de Panamá.
Hoy, los panameños quieren disfrutar el
júbilo de saber que su país tuvo la capacidad para sacar adelante una de las
maravillas de la ingeniería moderna. El desafío ahora es rentabilizar los 5.400
millones de dólares de inversión para beneficio del país y de la población, una
tarea que, como todo en Latinoamérica, puede ser como todas las cifras de la
ampliación del Canal: titánica.
Después
de la inauguración
Dos retos enormes vienen para Panamá tras la
ampliación del canal. Por una parte, ampliar su plan logístico para
consolidarse como el gran hub del comercio y la logística de las Américas, como
lo aspiran sus autoridades, y la segundo, lograr que esos importantes ingresos
extras que se prevén se reinviertan en la mejora del plan educativo del país,
para que los nuevos empleos que vengan de la expansión puedan ser cubiertos por
los jóvenes panameños.
Solo el 33,6 por ciento de las escuelas
públicas, es decir, 1.112 centros educativos, cuenta con internet, por ejemplo,
lo que se considera una dificultad en un mundo globalizado.
Los otros países también tienen que hacer
cambios, pues de alguna manera la expansión del canal cambia la dinámica del
comercio del hemisferio. Los puertos del continente han invertido más de mil
millones de dólares en adecuar sus puertos a los nuevos buques que van a llegar
con mayor asiduidad, gracias a la nueva ruta.
Autoridades del canal y de la firma Maersk
destacaron el caso colombiano de mejorar los puertos de Cartagena y
Buenaventura, y destacaron que las exportaciones colombianas de carbón podrían
verse beneficiadas en su comercio con Asia, gracias a que podrían transportarlo
en buques de mayor tamaño a menores costos.
Anécdotas
de un histórico día
1. Recuerdo
Durante la ceremonia se recordó que este
domingo hace 44 años Roberto ‘Mano de Piedra’ Durán obtuvo su primer título
mundial de boxeo al vencer al escocés Ken Buchanan. Aplauso cerrado.
2. Homenaje
Hubo una especial dedicación a los Mártires
del 64, un grupo de más de 20 jóvenes que murieron por querer poner la bandera
panameña en la zona del canal en medio de disturbios con la Policía.
3. Cubrimiento
Más de 1.200 periodistas de todo el mundo
cubrieron para sus países la inauguración del canal ampliado. Toda una torre de
Babel. También se hicieron presentes en el acto más de tres mil invitados.
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