El hierro, que actúa como nutriente para los
océanos, hace las veces de un fertilizante natural y permite el crecimiento del
fitoplancton, que produce gran parte de oxígeno.
Foto: Tomada de Pixabay
Un tercio de los océanos está anémico,
especialmente alrededor de la Antártida, debido a la falta de nutrientes como
el hierro, lo que ha generado la presencia de grandes porciones de
"desiertos" marinos.
El hierro, presente en el polvo atmosférico,
actúa como un fertilizante natural de los océanos y es importante para el
crecimiento del fitoplancton, que produce gran parte del oxígeno que se respira
en el planeta.
Además, estos organismos microscópicos que se
encuentran en la superficie marina absorben el dióxido de carbono, uno de los
gases que provocan el efecto invernadero.
"Los océanos no están en condiciones
óptimas en lo que se refiere al crecimiento del fitoplacton y algunas partes
están desérticas. Esto no significa que no estén sanos, sino que el ecosistema
podría ser más productivo y tener más vida", dijo a Efe Andrew Bowie,
oceanógrafo químico de la Universidad de Tasmania.
Bowie formó parte de un equipo que este año
estudió el papel de las partículas de la atmósfera que son arrastradas desde
Australia continental hacia el mar, a bordo del barco "Investigator"
de la Organización para la Investigación Industrial y Científica de la
Mancomunidad de Australia (CSIRO).
El trabajo se centró en el análisis de la
presencia de micronutrientes como el hierro, además de otros minerales y
metales como el cobre, cobalto, níquel, manganeso, que van a parar a mares
cercanos a consecuencia de incendios forestales u otro tipo de emisiones.
"Algunas aguas del norte de Australia
parecen tener suficiente hierro para el crecimiento del fitoplancton, pero la
falta de nutrientes necesarios para el crecimiento de estos microorganismos y
la baja actividad de hierro se refleja en la anemia de las aguas
antárticas", acotó Bowie.
"El océano Antártico está muy lejos de
Australia y Sudamérica, es realmente remoto y la principal fuente de hierro
tiene que ser atmosférico y de partículas de polvo. Pero está tan lejos que no
recibe la cantidad suficiente de hierro y por eso está anémico", remarcó.
Una excepción son las aguas que rodean a la
isla Heard, situada en una zona sub-antártica a unos 4.000 kilómetros al
suroeste de Perth, donde abunda el hierro que, según los científicos, podría
proceder de volcanes submarinos.
Bowie y su equipo intentan elaborar un mapa
que indique cómo estos elementos entran al océano desde el territorio
continental australiano y medir, con instrumentos sofisticados, la presencia de
los nutrientes en el mar, lo que el científico describe como buscar una cabeza
de alfiler en 200.000 piscinas olímpicas.
La otra cara de la moneda es que una pequeña
variación en la cantidad de hierro puede cambiar la situación de los océanos
para mejorar rendimiento en el crecimiento del fitoplancton.
Las causas de la anemia de los océanos aún
son desconocidas para los científicos, así como la correlación entre una alta
presencia de hierro y la pesca.
Tampoco se vislumbra con claridad lo que
podría pasar a largo plazo con el cambio climático, aunque una de las hipótesis
es que podría cambiar la forma en la que el hierro se arrastra hasta esa zona.
Los expertos barajan la posibilidad de que en
un escenario de cambio climático, con continentes más secos y una mayor
desertificación, podría producirse un aumento de vientos que logren arrastrar
hierro hasta la Antártida y promover el crecimiento del fitoplancton.
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