El 31 de mayo de 1889, una gigantesca
tormenta y una represa poco efectiva causaron una de las inundaciones más
letales de la historia norteamericana.
La represa de South Fork controlaba las aguas
del río Conemaugh, 14 millas por sobre la ciudad. Luego de días de lluvia, los
oficiales temieron que la represa fallaría. Desafortunadamente, estaban en lo
correcto. Al atardecer, los residentes de la ciudad de South Fork observaron
con horror como la represa “simplemente se alejó.”
Los habitantes de Johnstown habían vivido
inundaciones anteriormente; la cuidad estaba construida en el valle de un río
en la meseta de los Apalaches y al menos una vez al año, los ríos Little Conemaugh
y Stony Creek causaron inundaciones en las calles.
Luego de la inundación, los oficiales y
residentes del área temieron lo peor para Johnstown, pero no fue fácil
conseguir información ya que la ciudad fue inaccesible por varios días.
Más de 2,200 personas murieron en la
inundación. Luego del desastroso evento, los sobrevivientes instalaron carpas
cerca de lo que habían sido sus casas en un intento de recomenzar sus vidas. La
Cruz Roja organizó un gran esfuerzo de rescate, construyendo un refugio para
los sobrevivientes y almacenes para guardar donaciones que la comunidad
recibía.
Aun cuando la inundación ocurrió hace más de
120 años atrás, sus víctimas son recordadas todavía.
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